El jefe de Memoria Histórica de Sánchez fue candidato en una alianza con una escisión de ETA en 1979
El secretario de Estado Fernando Martínez se presentó por Movimiento Comunista de Andalucía
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Fernando Martínez López, actual secretario de Estado de Memoria Democrática, se presentó a las elecciones generales de 1979 en alianza con una escisión de la banda terrorista ETA. Se trata de la figura clave en la aprobación de la Ley de Memoria Democrática con el apoyo de Bildu. La prueba son las tres reuniones secretas mantenidas con los herederos políticos de la ETA para tal fin desveladas por OKDIARIO. Ahora, este periódico ha podido saber que hay otro dato que muestra la proximidad de este alto cargo del Gobierno con los terroristas vascos.
Durante la Transición este político almeriense tuvo vínculos con el entorno de ETA. El nexo que relaciona a este dirigente del Ejecutivo de Pedro Sánchez con el mundo proeatarra es su candidatura en las elecciones generales de 1979 en representación del denominado Movimiento Comunista de Andalucía (MCA), una formación próxima al entorno político de ETA. También se presentó a las elecciones al Senado en 1980 por la misma organización, tal como consta en la relación de candidaturas de las elecciones a la Cámara Alta por Almería, firmada por el presidente de la Junta Electoral Provincial el 16 de octubre de ese año. El dato viene además corroborado en diferentes currículums del político andaluz en Internet.
El vínculo del MCA con ETA quedó reflejado en los medios de comunicación, como por ejemplo en el artículo titulado «El despertar andaluz: la larga marcha», donde se afirma textualmente: «El Movimiento Comunista de Andalucía (MCA) no tiene empacho en coquetear con los terroristas de ETA».
El origen del Movimiento Comunista de España, al que pertenecía como federado el Movimiento Comunista Andaluz del que fue candidato el secretario de Estado de Memoria Democrática, era el grupo vasco denominado Komunistak (Comunistas), que había sido una escisión de la 5ª Asamblea de ETA en 1965, denominada ETA-Berri (Nueva ETA, en su traducción del vasco al español).
El Movimiento Comunista de Andalucía (MCA) participó activamente en los actos violentos de la Transición, junto a otros grupos antisistema, tal y como se documentó en el estudio «Análisis y estudio de la violencia en la provincia de Sevilla durante la Transición (1975-1982)» de la Universidad de Sevilla.
Querellas
La actitud contestataria y radical del partido en cuestión tuvo como consecuencia la interposición de varias querellas contra sus dirigentes en la Transición por parte de la Fiscalía, como puede verse en prensa de la época. Por ejemplo, tuvieron que declarar en los tribunales de Justicia por hacer carteles señalatorios contra Manuel Fraga, Adolfo Suárez y el Rey Juan Carlos en los que reclamaban el voto contrario a la Constitución.
Las acciones de esta formación política que recoge la hemeroteca dejan evidencia de su radicalismo. Ejemplo de la violencia que aplicaban desde el partido del hoy secretario de Estado de Memoria Democrática es un cartel electoral en el que señalaban al presidente del Gobierno Adolfo Suárez y al vicepresidente Rodolfo Martín Villa con el lema de «Se buscan». Se reivindicaban como un partido revolucionario que quería alcanzar una sociedad comunista. Inicialmente, se reflejaban en las ideas de Marx y Lenin y posteriormente se adhirieron al maoísmo.
Reclamaciones
El partido revolucionario del secretario de Estado, tal y como se puede ver en sus manifiestos, abogaba por la independencia de Andalucía y su proclamación como «República Popular», por la disolución de la Guardia Civil (una reclamación en la que coincidían plenamente con ETA), expropiaciones de tierras, juicios populares, prohibición del paro, desmantelamiento de las bases militares y la exclusión de Andalucía de la OTAN, el aborto generalizado y el apoyo a la Nicaragua sandinista, cadena perpetua para los golpistas del 23-F y el apoyo a todos los pueblos que «luchan» con las armas por su libertad, entre otras cuestiones.
El abogado Guillermo Rocafort, que ha investigado el pasado del secretario de Estado, concluye que «ahora se puede afirmar que Fernando Martínez López, con el acuerdo que ha auspiciado con Bildu con sus reuniones secretas, ha vuelto a sus orígenes, a sus vínculos con la ETA y toda su radicalidad y violencia». Este letrado señala que «Fernando Martínez ha vuelto al pasado y no ha tenido ningún reparo en negociar y acordar una cuestión como es la Ley de Memoria Democrática con los herederos políticos de la ETA, que blanquea a los terroristas, porque de eso ya traía práctica y experiencia del pasado a la luz de los datos descritos». Considera que estas revelaciones deberían acarrear «la dimisión inmediata» del alto cargo de Sánchez.